martes, 9 de enero de 2024

MISTER INVISIBLE

Cuando en El Principito se hace la pregunta ¿qué es la soledad? la respuesta señala que ella conduce a un reencuentro del ser humano consigo mismo. Siendo así las cosas el Señor Invisible de la capital tolimense seria uno de los tipos quienes habría llevado al cenit la que quizá fue la más elocuente maxima socrática: conócete a ti mismo.  Es que la soledad le acompaña desde al menos dos décadas junto con otros amigos fieles e inseparables: los bolsos de su tienda -único artículo del negocio que regenta - ubicados en la casa que el habita, un perro criollo y su silla mecedora. 

Digamos que este peculiar personaje ya es parte del paisaje del populoso barrio donde vive, de la misma manera que lo son quienes piden monedas en los postes de las esquinas de cualquier avenida en cualquier capital colombiana. Puedo asegurar que hubo un tiempo en que hablaba, yo lo vi e incluso llegué a saludarle cuando iba a coger el bus, antes de que decidiera sentarse para siempre en esa silla mecedora que ya se ha convertida como en una extension de su cuerpo. 

Mister invisible se fue callando poco a poco, se fue aquietando y se ha convertido en una estatua, muy parecida a la estatua del pensador de Rodin, pero sin la mano en el mentón. La nieve de los años ha anidado fuertemente en su cabello y el sol se ha encargado de marcar cada vez más su piel. Estoy casi seguro de que son contados los bolsos que ha vendido en su vida, de pronto tampoco le hace falta venderlos, pues tiene pinta de pensionado, pero por alguna circunstancia, al parecer su familia decidió que la terapia de venta de bolsos le iba a sentar y esa terapia de venderle bolsos 'a nadie', se convirtió en su modus vivendi. 

Prácticamente nadie le pregunta por los bolsos que sin musitar palabra ofrece Mister invisible. Su perro lo despierta si un tipo sospechoso se acerca al negocio. Que se sepa nunca lo han robado. En la cuadra no lo determinan, pero se ha convertido en una especie de punto de referencia del barrio -como lo son esas señoras que cosen y siempre incumplen con los encargos o los barberos con la música estridente de diversos géneros a todo volumen en sus negocios, como si se tratase de una discoteca, una cantina o un chongo- y de seguro se le extrañará cuando ya haya partido a un sitio alejado de esta tierra apocalíptica donde a lo mejor lo escuchen o pueda realmente vivir. Lo más probable es que en ese día alguien pregunte ¿qué pasaría con el cucho de los bolsos?  y un o una persona embebida de soledad, pensando que quien pregunta es un prestamista gota a gota le responda haciendo mala jeta: ?¡ jum, mira que no tengo ni idea, mi hermano! 

Los choros no se meten con Mister invisible, quienes entregas recibos le dejan sus cheques con saludos lacónicos, aquellos quienes pasan hablando del evangelio serían los únicos que le hacen la conversa. Mister invisible, por la misma postura a veces parece una fotografía de carne y hueso o un performance. También en ocasiones pareciera como si estuviese perdonando al viento y con su silencio estruendoso es como si nos estuviera diciendo de manera muda, pero a todo pulmón una frase entre contundente y  poetica: les dedico mi silencio.

domingo, 16 de abril de 2023

domingo, 18 de diciembre de 2022